Una vez más, por ineptitud o complicidad con los sicarios de la SEDENA, la PGR vuelve a cometer la pifia de no aportar pruebas suficientes para que cuatro de los 7 sicarios detenidos por el asesinato de 22 jóvenes en Tlatlaya, en 2014, salgan libres y sin cargos, por haber participado en una de los eventos más graves de la historia reciente de México. Los jueces, serviles al mal gobierno, no encuentran forma de poder enjuiciarlos, porque supuestamente no hay elementos para poder tenerlos detenidos.
