El grupo de familiares de personas desaparecidas en el estado de Veracruz, Colectivo Solecito, salió a buscar fosas en un predio del que habían recibido información sobre la posible presencia de fosas clandestinas. No encontraron una, ni dos, sino 75 fosas, al menos. La labor no requería de mucho esfuerzo para poder localizar los macabros hallazgos; según ‘Solecito’ las fosas estaban una seguida de otra, hasta dar como resultado que ése predio era más bien un cementerio clandestino. Decenas de cuerpos enterrados por la delincuencia organizada, que se suman a los miles de muertos caídos en esta absurda guerra falsa, que ellos llaman ‘contra las drogas’.
Y así, como en el estado de Morelos, el mal gobierno del delincuente Javier Duarte de Ochoa, tiene sus propias fosas clandestinas, que justifican de las formas más ridículas; van desde decir que son errores administrativos, hasta balbucear incoherencias como esa de culpar a la modernización del sistema de cómputo que llegó tarde. La realidad es que en Veracruz, hay un Tetelcingo; un cementerio clandestino donde los delincuentes del mal gobierno entierran a sus víctimas.
Y no olvidemos que la violencia sigue y se extiende por cada rincón del estado. El fin de semana pasado, Ciudad Mendoza se convirtió en campo de batalla, a plena luz del día. Este es el estado que deja Javier Duarte; lleno de muerte, de guerra, de violencia y en banca rota.
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