La concejal del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, ha declarado este jueves que su entrada en una capilla de la Universidad Complutense en 2011 fue “una protesta pacífica y legítima” y ha reiterado que a fecha de hoy está de acuerdo con esa forma de defender sus ideas. La edil no ha respondido a las preguntas de las acusaciones populares. También ha pedido disculpas a todos los católicos por lo ocurrido aquel día.
El juicio se desarrolla en el Juzgado de lo Penal número 6 de Madrid por un delito contra los derechos religiosos para el que el fiscal pide un año de prisión para la concejal. Los hechos se produjeron la mañana del 10 de marzo de 2011 cuando un grupo de personas accedieron a la capilla a las 11.30. Según el relato del fiscal, su intención era ofender a los ánimos de los allí presentes. Allí se corearon cánticos como “vamos a quemar la Conferencia Episcopal”, “el Papa no nos deja comernos las almejas”, “menos rosarios y más bolas chinas”, “contra el Vaticano poder clitoriano”, “arderéis como en el 36” y “sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios”.
Rita Maestre ha declarado de pie y con cierto nerviosismo. También ha utilizado un tono bajo en todo momento. La edil ha reconocido que ella entró con otras personas en la capilla del campus de Somosaguas. Allí leyeron un manifiesto en el que atacaron “la intolerable presencia de la capilla en una universidad”. En ese momento no se estaba produciendo ningún acto religioso y solo estuvieron unos cinco minutos. “Nadie tocó ningún elemento religioso. Había dos feligreses solo en ese momento en la capilla. Nunca les insultamos ni les atacamos”, ha destacado la edil, que ha añadido que «un torso desnudo no es un gesto ofensivo».
Cuando entraron en la capilla un grupo de mujeres, rodearon el altar. En un momento dado se quitó la camiseta y se quedó en sujetador. Algunas de ellas llevaban las manos pintadas de morado. Ha manifestado que en ningún momento se desnudó de cintura para arriba. “No tiene ningún sentido que haya una capilla ni de ninguna confesión religiosa en una universidad pública. Ese era mi mensaje”, ha señalado la edil, que ha negado en todo momento que hubiera una convocatoria previa para la toma de la capilla.
“Lo que hicimos no está dirigido contra nadie en especial ni contra la Iglesia Católica como institución. Eso sí, vistas las consecuencias que ha tenido esa protesta y que cinco años después estemos en un proceso penal, creo que nadie lo haría de nuevo”, ha reconocido la edil a preguntas de la fiscal. Maestre también ha mantenido que está a favor de las protestas pacíficas “como ocurrió con esta”.
“Me he puesto en contacto con el arzobispo de Madrid, [Carlos] Osoro, y le he trasladado mis disculpas y mis explicaciones por todo lo ocurrido. Él lo aceptó como una cosa de juventud. También me dijo que era muy importante desde las instituciones que los cargos públicos hicieran una defensa de la libertad religiosa. Yo lo comparto”, ha declarado. “No creo que eso atentara contra esa libertad. No ceo que estuviera cometiendo un delito. Tan solo era una protesta como tantas otras”, ha añadido.
El sacerdote que estaba en la capilla el día de los hechos, Rafael Hernando, ha declarado en la sesión del juicio que Rita Maestre encabezaba el grupo de personas que irrumpió aquella mañana. En concreto, el religioso ha explicado que estaba en su despacho cuando oyó bastante ruido en los pasillos y vio a unos estudiantes que estaban gritando y pretendían acceder al interior. Hernando ha destacado que se puso delante y que su intención era impedir el acceso. Le preguntó a Maestre por qué le hacía aquello y ella le contestó que no era contra él. “Después me empujaron y entraron a la capilla. Había cuatro o cinco personas. Comenzaron a gritar, pero ya no entendí lo que dijeron”, ha añadido. Después, encontró un panfleto de Benedicto XVI con una esvástica.
Otro testigo, que estaba rezando en la capilla, ha explicado que entró un grupo numeroso de personas. “Se pusieron en círculo en torno al altar. Eran bastantes. Cada una tenía un papel. Cada una comienza a leer su parte. Primero eran declaraciones de obispos sacadas de contexto sobre el papel de la mujer en la Iglesia. Después, empezaron con las consignas contra la Iglesia. La capilla tronaba. Gritaban todos estos tipos de frases”. El testigo ha relatado que iban cubiertas con un pañuelo morado. “Como en un acto de liberación, todas se quitaron el pañuelo. Algunas se quitaron la camiseta y el sujetador. Dos de ellas se besaron justo delante del altar”, ha destacado el testigo, que ha explicado que estaba todo muy bien organizado y que cada uno sabía lo que tenía que hacer. A preguntas del fiscal de si le molestó lo ocurrido ha respondido que sí: “Para los que tenemos fe, este es el mayor dolor. Me sentí muy ofendido”.
Información de El País.