¿Hasta dónde llegan los tentáculos del pulo imperialista? Llegan hasta donde los ciudadanos de los países agredidos, permitan ser alcanzados. Esto pasó en Brasil. El ‘arte del engaño’, provocó que Dilma Rousseff apareciera ante los ojos de su pueblo, como el peor monstruo que tenía que ser relevado. Igual como pasó en Argentina y exactamente igual, como han pretendido que pase en Venezuela. Tanto en Brasil, como en Argentina y en Venezuela, la gente no vive como merecería vivir, es verdad; pero eso no justifica que ahora, los argentinos ya tengan su ‘Peña Nieto’ y que en Brasil, vayan a tener el propio.
