Por esto es que NOSOTROS no promovemos, ni llamamos a votar. Tenemos bien claro que en un ‘narcoestado’, las elecciones no son libres, que el voto no cuenta y/o está amañado, comprado o condicionado; que los cárteles del crimen organizado se alían con los cárteles partidistas y que los candidatos, todos, están patrocinados por criminales. Así que votar por A o por B, es exactamente lo mismo; la decisión se reduce a lo siguiente: votar por un cártel y un nuevo jefe de plaza o votar por el otro, con su respectivo jefe de plaza. Así es el circo electoral y el ejemplo más claro de ello, es la entidad que lleva más de una década en guerra, Tamaulipas.
