¿Qué pasaría si los migrantes latinos, refugiados y extranjeros de cualquier nacionalidad en los Estados Unidos, dejaran de trabajar un día, dos, tres o una semana, digamos? La respuesta es lógica y muy obvia; la economía de muchos estados o probablemente de todo el país, colapsaría. Probablemente eso que es tan sencillo de entender, para Donald Trump sea otra de esas «fantasías» como aquella del cambio climático.
Desde nuestros espacios hemos tratado de difundir que la única forma para poder defendernos, migrantes en Estados Unidos o no, es en colectivo, organizados. Es por ello que la convocatoria «Un día sin Latinos, Inmigrantes y Refugiados’ podría ser el principio de esa unidad que estamos necesitando urgentemente.