Hay muchos que, seguramente, esconden tras su homofobia, sus más grandes miedos y su inseguridad sexual. Un empleadillo de la Secretaría de Desarrollo Social en Jalisco, se lamentaba de que no fueran 100, sino solo 50, los muertos en la masacre de Florida ocurrida hace dos días. Es poco el castigo que se lleva, pero al menos no se quedó impune su estúpido comentario.